EL CAIRO. La ciudad de los mil minaretes
La mayor ciudad de África se sitúa a orillas del río Nilo. Aunque su fundación es del siglo X, muy cerca de ella tenemos vestigios del Antiguo Egipto, como Menfis y las pirámides de Guiza. Por el Cairo más de mil minaretes podemos encontrar, prueba de la ocupación árabe y otomana durante mil años. Hoy la capital de Egipto es una megápolis que alberga más de veinte millones de almas y que está sumida en un caos “organizado” de coches y peatones.
Túnicas,
taqiyahs, hiyabs y burkas se dejan ver, hay mucha policía y el primer peaje por
visitar el país son veinticinco dólares. Antes de dirigirnos al control de
pasaportes debemos pasar por la taquilla del banco para comprar el visado,
encontré tres juntas, una solo para pago con tarjeta, otra con euros y la
última, para pago en dólares. El visado
lo podemos tramitar por la web del Gobierno egipcio con el mismo coste. Con el pasaporte en mano, el visado y
la hoja rellenada con los datos que nos piden, pasamos el control, una vez
superado, no debemos guardar el pasaporte, ya que te lo vuelen a pedir en dos
controles más.
Al salir de
la terminal me estaban esperando, había concertado el traslado desde el
aeropuerto al centro de la ciudad. Conforme dejaba atrás la terminal, descubría
el caos de tráfico, la ausencia de señalización horizontal y semáforos y la
invasión de la calzada por los peatones, para cruzar de un lado al otro, allí
no existen los pasos de cebra, y sobro
todo, me percaté del concierto de cláxones.
Decidí
alojarme en un hotel del centro de El Cairo, en la plaza Tharir, una plaza
conocida por ser el epicentro de la primavera árabe de 2011, en Egipto.
En esta
plaza se encuentra el Museo Egipcio, un edifico que, desde 1902, ha custodiado
la mayor colección de objetos de la época del Antiguo Egipto. Sus puertas se
cerrarán definitivamente con la próxima inauguración del nuevo museo, ubicado
en Guiza, frente las pirámides.
Tutankamón
es la estrella del museo. Corría el año 1922 cuando el británico Howard Carter
descubrió la cámara subterránea que albergaba su tumba. En ella se almacenaban
más de cinco mil objetos que habían permanecido en su interior desde el 1325
a.C., junto a la momia del faraón de la
dinastía XVIII, que descansa, desde 2007, en el Valle de los Reyes, en Luxor.
En el museo
ya no están las momias reales de dieciocho faraones y cuatro reinas, que fueron
trasladadas en 2021, con todo un boato, al NMEC, acrónimo en inglés del Museo
Nacional de la Civilización Egipcia. Entre la de los faraones podemos ver la de
Ramsés II, el faraón que vivió noventa años y reinó sesenta y seis, de 1279 al
1213 a.C. y tuvo como esposa a Nefertari.
Un edificio
de reciente construcción alberga el NMEC. Para acceder, tenemos que pagar la
entrada de extranjero, quinientas libras egipcias. Además de ver las momias
reales, podemos acercamos a la civilización egipcia desde la prehistoria, con
el esqueleto de Nazlet Khater de treinta y cinco mil años, hasta la época
moderna.
Desde el
jardín del NMEC podemos ver las colinas de Muqattam y, sobre ellas, la
Ciudadela de Saladino, que nos acerca a El Cairo islámico.
La invasión
árabe del 640 d.C. llevó el islam a Egipto y el sultán Saladino inició la
construcción de la ciudadela que lleva
su nombre en 1176. Dentro de la ciudadela se encuentra la Mezquita de Muhammad
Ali, conocida como Mezquita de Alabastro. El templo se puede visitar descalzo o con unas calzas en
los zapatos, que diligentemente te ofrecen por cincuenta céntimos de euro, el
par.
A los pies
de la ciudadela se encuentra el viejo Cairo, que alberga el bazar Jan el-Jalili,
con sus laberínticas calles, llenas de tiendas para hacer uso del regateo, y
artesanos que trabajan el latón y el cobre.
El barrio
Copto queda cerca del NMEC, es un barrio cristiano con control de acceso,
custodiado por la policía. Acoge la Iglesia de San Sergio y San Baco, un templo
asociado al viaje de la Sagrada Familia por Egipto, ya que se refugiaron en su
cripta por un tiempo, en su huida de
Judea por temor a Herodes.
Si no tenemos
miedo a las alturas podemos subir a la Torre de El Cairo. Está situada en isla
nilótica de Gezira, a veinte minutos caminado de la plaza Tharir. Pagando la
entrada de extranjero, doscientas cincuenta libras egipcias, subiremos en
ascensor los ciento ochenta y siete metros de altura.
Desde su
mirador exterior podemos ver El Cairo a vista de pájaro y observar cómo el
color amarillo se aproxima a la ciudad, es el desierto del Sahara y en él, una
de las siete maravillas de la antigüedad, la Gran Pirámide de Guiza.
Trece
kilómetros separan las pirámides de Guiza de la plaza Tharir. El conjunto
piramidal está compuesto por la Gran Pirámide, que se eleva ciento cincuenta y
siete metros y que ordenó construir el faraón Keops, hacia el año 2550 a.C.; el
hijo de Keops, el faraón Kefrén, mandó construir la segunda pirámide, hacia el
año 2520 a.C. y la más pequeña, en
relación a la de Keops y Kefrén, solo se eleva sesenta y seis metros, su
construcción, hacia el año 2490 a.C., la ordenó el hijo de Kefrén y nieto de
Keops, Micerinos. Junto con las tres grandes pirámides, hay tres pirámides
pequeñas, conocidas como las de las reinas y la Esfinge, un monumento de piedra
caliza con cuerpo de león y cabeza de faraón.
Visitar las
pirámides es un imprescindible de El Cairo y el motivo de mi viaje. Cuando te
encuentras ante ellas entiendes la magnitud de la obra realizada hace más de
cuatro mil años, te preguntas cómo pudieron manipular los bloques de piedra
caliza, que pesan más de dos toneladas.
Para mí es
un lugar enigmático, se puede acceder a las cámaras funerarias, pero comentan
que puede resultar agobiante y claustrofóbico, por lo que yo no entré. El
simple hecho de adentrarse un poco en el desierto y contemplarlas en la
distancia es una experiencia única.
Al sur de
las pirámides, a veinte kilómetros, en
tierras fértiles del río Nilo y entre palmeras, se encuentra el pueblo de Mit
Rahinah, el lugar donde se ubicó Menfis, la que fue capital del Antiguo Egipto,
durante el Reinado Antiguo (2700 – 2200 a.C.). La ciudad fue elegida por el
faraón Zoser, que gobernó del 2682 al 2663 a.C.
El museo al
aire libre de Mit Rahinah contiene lo que se ha conservado de la antigua
capital, Menfis. Destaca una estatua de diez metros de Ramsés II a la que le faltan
las piernas y está dispuesta horizontalmente, y una esfinge de alabastro de
ochenta toneladas de peso.
Abandonando
las palmeras y en una llanura desértica, a tan solo siete kilómetros de la antigua Menfis, se
encuentra el conjunto arqueológico de Saqqara, que debemos al faraón Zoser, que
reinó en un Egipto unificado, y a su arquitecto, Imhotep.
Destaca del
conjunto la Pirámide Escalonada, la tumba del faraón Zoser, que sirvió como
inspiración para la construcción del resto de pirámides. También es destacable
el impresionante acceso, entre columnas, al complejo, así como su serdab,
situado fuera de la pirámide, que contiene una réplica de la estatua de Zoser, visible
solo por un agujero, la original está en el Museo Egipcio.
Después de
visitar Guiza, Menfis y Saqqara me llevaron a comer a un restaurante entre
palmeras, en el límite entre el desierto y las tierras fértiles del río Nilo,
un contrataste visual y térmico, los treinta grados de un mes de abril se
llevan mejor a la sombra de las palmeras.
No me
ofrecieron koshari, un plato popular en Egipto que lleva lentejas, garbanzos,
pasta y arroz, pero sí humus, ensaladas, arroz, rollos de carne de cordero y
pollo a la brasa. Por aquello de cuidarse por estas tierras, solo comí los
rollos de carne, (koftah) y pollo, hechos en la brasa, con pan árabe. Tampoco
bebí carcadé, conocido como agua de Jamaica, una infusión que se prepara con el
fruto del hibiscus.
El caos de
El Cairo sorprende al llegar, pero al segundo día te acostumbras. También te
familiarizas con el llamamiento a la oración que hacen por los más de mil
minaretes de la ciudad y, cuando tratas con cairotas, te das cuenta de la
amabilidad de sus gentes, saben bien lo que representa el turismo para Egipto.
Cómo llegar: en línea regular Air Cairo, Egytair e Iberia Express vuelan desde Madrid y desde Barcelona, Egyptair y Vueling.
Consejos: la moneda local es la libra
egipcia, un euro equivale a cincuenta libras, en la mayoría de lugares turísticos
admiten euros, incluso se puede comprar el visado con la moneda europea. Es
conveniente llevar monedas de cincuenta céntimos y un euro, para comprar agua y
pequeños recuerdos, incluso billetes de diez y veinte euros, casi todo te lo
ofertan en euros. Un seguro médico es esencial, la sanidad no funciona como en
Europa. Si no queremos que nos visite la diarrea del viajero tenemos que llevar
cuidado con la alimentación, sobre todo con el agua, nada de hielos, las
bebidas abiertas en nuestra presencia y siempre agua embotellada, incluso para
lavarnos los dientes. Para movernos por El Cairo Uber da más garantías, tenemos
identificado al conductor y conocemos el precio con antelación, un viaje de la
plaza Tahair al NMEC me costó ochenta libras. Ofertan muchas excursiones con
guía español, la visita a Menfis y Saqqara, son lugares con menos afluencia
turística y más alejados, mejor hacerla con una excursión, que seguro que
incluye la visita a las pirámides de Guiza.
Fotografías y vídeo de J. Cintas:
1.
Pirámides de Guiza.
2.
El Cairo desde la Ciudadela de Saladino. En primer término las mezquitas del sultán
Hassan y Riffae.
3.
Plaza Tharir.
4.
Museo Egipcio.
5.
Faraón Kefrén con pañuelo ceremonial “nemes” y barba postiza. Por detrás el
dios Horus en forma de halcón con sus alas extendidas protegiendo la cabeza de
Kefrén. Museo Egipcio.
6.
El Escriba. Pieza de piedra caliza del 2.500 a.C. que representa a un
funcionario egipcio (escriba) escribiendo con papiro y junco. Su figura aparece
en los billetes de doscientas libras egipcias. Museo Egipcio.
7.
Artefactos de la tumba de Tutankamón. Maniquí de madera del faraón, trono y
abanico de plumas de avestruz. Museo Egipcio.
8.
Momia. Museo Egipcio.
9.
Museo Nacional de la Civilización
Egipcia (NMEC).
10.Esqueleto
de Nazlet Khater. NMEC.
11.Estatua
de Ekhnatón (1300 a.C.), vestimenta islámica y acceso a la galería de las
Momias Reales. NMEC.
12.Ciudadela
de Saladino.
13.Mezquita
de Alabastro.
14.Bazar
Jan el-Jalili.
15.Acceso
al barrio Copto e Iglesia de San Sergio y San Baco.
16.Torre
de El Cairo.
17.El
río Nilo desde la Torre de El Cairo.
18.Pirámides
de Guiza desde la Torre de El Cairo.
19.Pirámide
de Keops.
20.Pirámide
de Kefrén.
21.La
Esfinge de Guiza.
22.Bloques
de la pirámide de Keops.
23.Pirámides
de Guiza desde el desierto.
24.Esfinge
y estatua de Ramsés II en Menfis.
25.Entrada
a Saqqara.
26.Pirámide
Escalonada de Saqqara.
27.El
río Nilo desde el puente Kasr.
28.Bailarín
de tanura (falda), también conocido como
baile de los derviches o danza sufí. El bailarín estuvo más de diez
minutos girando sobre sí mismo.
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