VALENCIA. En tranvía a la Malvarrosa
Si hemos
decidido ver la luna de Valencia, esperaremos al alba para tomar el desayuno en la Horchatería de Santa Catalina. Un local
centenario a unos pasos de la plaza de la Reina, donde, entre azulejos de
Manises, mojaremos los fartons en la horchata.
Después de
nuestro desayuno valenciano tomaremos dirección a la parada del tranvía que nos
llevará a la Malvarrosa. La plaza de la Reina es nuestro punto de partida, una
plaza custodiada por la Catedral. En el interior del templo destaca el acceso a
su torre, conocida como Miguelete, y la Capilla del Santo Cáliz, donde se
venera la copa de la última cena de Jesús. Cuentan que durante la Guerra de la
Independencia fue llevado a varias ciudades, entre ellas, Alicante.
Como en el
juego de la oca, de la plaza de la Reina ahora nos dirigimos a la plaza de la
Virgen, donde tiene su basílica la Virgen de los Desamparados y la Presidencia
de la Generalidad, su sede. Y de la plaza de la Virgen, a la plaza de Manises,
para tomar la calle de Serranos que nos lleva hasta una de las dos puertas
existentes de la extinguida muralla, las Torres de Serranos.
Desde las
Torres de Serranos cruzaremos el antiguo cauce del río Turia, convertido hoy en
un extenso jardín, y habremos llegado a nuestra parada de tranvía con destino a
la Malvarrosa, Pont de Fusta, ubicada en los antiguos andenes de la estación de
FEVE.
Debemos
tomar la línea cuatro, dirección Doctor Lluch. La mayor parte de su recorrido
hasta la playa lo hace entre edificios universitarios de la avenida de los Naranjos,
Eugenia Vives es nuestra parada en el Cabañal. A unos metros está el paseo
marítimo que deja atrás Las Arenas y
prosigue por la Malvarrosa. Un paseo inaugurado en 1993 que nos lleva a la Casa
Museo de Blasco Ibáñez.
El
reconstruido chalet, residencia de verano del político republicano Blasco
Ibáñez, en sus dos plantas alberga mobiliario, recuerdos y objetos personales del
periodista, del viajero que llamó a su hija Libertad y del escritor de “Cañas y
barro”.
En 1902
Blasco Ibáñez publicó una novela ambientada en un lugar cercano a Valencia, sus
personajes llegaron al gran público con la adaptación para una serie de
televisión. En 1978 por la ventana catódica se asomaron el tío Paloma, Cañamel,
Tonet y Neleta, habitantes de una pedanía de la capital, a orillas de La
Albufera, El Palmar.
El tranvía
no nos lleva al lugar donde se desarrolla “Cañas y barro”, pero la línea veinticinco
de la EMT nos deja en El Palmar, convertido hoy en lugar muy concurrido por los
que quieren degustar dos platos valencianos, el all i pebre de anguila y la paella con pollo, conejo, bajoqueta y garrofó.
A la vera
del canal encontraremos varios restaurantes con terraza y aparcamiento propio,
como la Arrocería Maribel, y muy cerca de él embarcaderos para tomar un albuferenc, una embarcación que antaño
se utilizaba para transportar personas y mercancías y que hoy es utilizada para
dar paseos por el lago de La Albufera.
Fotografías de J.Cintas:
1-
La Malvarrosa desde la Casa Museo de Blasco Ibáñez.
2- Fartons y
horchata de chufa.
3- Puerta de
Serranos.
4- Tranvía con
destino a la Malvarrosa.
5- Playa de la
Malvarrosa.
6- Casa Museo
de Blasco Ibáñez.
7- Paella
valenciana.
8- All i pebre de anguila.
9- La Albufera.
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