FORMENTERA. La pequeña pitiusa
La isla balear más meridional forma
con la vecina Ibiza y varios islotes, como el de Espalmador, el archipiélago de
las Pitiusas. Dos colores definen a Formentera, el azul turquesa del agua y el
blanco de la arena de sus playas, siendo la responsable de éstos, la Posidonia,
planta marina muy presente en el paisaje submarino.
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El puerto de La Savina es el punto
de llegada a la isla, allí llegan los barcos de Denia e Ibiza y parte el que va
al islote de Espalmador. A nuestra llegada podremos alquilar un coche o una
moto, ésta última es una opción válida para recorrer la isla, ya que, sólo
tiene ochenta y tres kilómetros cuadrados.
Una vez motorizados, seguro que nos
contagiamos por la cantidad de scooteres que veremos por sus carreteras, nos
dirigiremos a San Francisco Javier, pueblo principal de la isla, donde está la
iglesia que da nombre a la población. Construida en el siglo XVIII, tuvo
también la función de fortaleza defensiva, debido al asedio pirata de la época
que sufrían los recién llegados formenteranos.
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Durante el siglo XVIII Formentera
se repobló definitivamente con gentes de Ibiza, repartiéndose a lo largo de la
isla, prueba de ello, es la parcelación de su territorio, con las paredes de
piedra seca. Al liberar los campos de piedra para el cultivo, ésta se utilizó
para delimitar las propiedades, configurando un paisaje singular que
descubriremos camino de nuestro próximo destino, cabo de Barbaria.
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Desde San Francisco Javier
tomaremos la carretera que nos conduce hasta el cabo de Barbaria, pero antes
nos desviaremos en dirección a Cala Saona. La pequeña playa de Cala Saona está
orienta al oeste de la isla, allí veremos una paisaje muy formenterano, los
varadores. Como medio de subsistencia las familias tenían una pequeña
embarcación para la pesca, llamada llaût. Hoy en día las siguen utilizando
y por unas guías las elevaban hasta un pequeño cobertizo, para resguardarlas.
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Si vamos motorizados, nuestra
llegada al faro del cabo de Barbaria emulara la secuencia de una película.
Alrededor del faro deberemos tener cuidado con los agujeros, para que no nos
ocurra como a Lucía, la protagonista de “Lucía y el sexo”, película de Julio
Médem, rodada en Formentera.
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De vuelta a San Francisco Javier,
tomaremos dirección al este de la isla, hasta
El Pilar de la Mola, donde veremos un molino de viento construido en
1778. En nuestro camino, a ambos lados de la carretera, dejaremos las playas de
Tramuntana y Migjorn; veremos como las higueras crecen horizontalmente, con la
ayuda del hombre; ascenderemos por un
bosque de pinos y llegaremos a la parte más alta de Formentera.
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Tomando de nuevo la carretera, esta
vez ya de vuelta, nos dirigiremos a la península de Es Trucadors, parando antes
en la playa Es Pujols, desde donde veremos la torre de defensa costera de Punta
Prima, construida en el siglo XVIII.
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La península de Es Trucadors está
dentro del Parque Natural de Ses Salines. Para acceder a éste, motorizado,
deberemos abonar algunas monedas. Recorreremos la carretera hasta el final,
donde podremos estacionar la moto. Desde ese punto, andaremos por la lengua de
arena que es la península de Es Trucadors, teniendo en la cara este, la playa
de Levante y en la parte oeste, la playa de Illetes. Estas playas nos mostrarán
los colores de Formentera, el azul turquesa del agua y el blanco de la arena.
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Cómo llegar: Balearia en época
estival une el puerto de Denia con el puerto formenterano de La Savina, éste
está comunicado todo el año con el puerto de Ibiza.
Fotografías y vídeo de J.Cintas:
1-
Es Trucadors.
2-
San Francisco Javier.
3- Parcelación
con paredes de piedras seca.
4- Varadores en
Cala Saona.
5- Cabo de
Barbaria.
6- Pilar de la
Mola.
7- Playa Es
Pujols.
8- Playa de
Levante, península Es Trucadors.
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