CARCASONA. La ciudad de la Dama de Carcas
A los pies de los Pirineos y a mitad de camino entre Toulouse y Narbona se encuentra Cascasona, una de las ciudades más visitadas de Francia, que le debe el nombre a la consorte de un rey sarraceno y su majestuosa Ciudad Fortificada Medieval, a la reconstrucción llevada a cabo en el siglo XIX.
Por la
historia de Carcasona han pasado romanos, visigodos y sarracenos, de estos
últimos nos llega la leyenda de la Dama de Carcas, esposa del fallecido rey
Ballak, que lideró la resistencia al asedio de los francos durante más de cinco
años a la ciudad fortificada y con su toque de campanas para negociar, el
enemigo exclamó: Carcas sonne.
La ciudad
se divide en dos núcleos de población, La Bastida de San Luis, con un trazado
cuadrangular organizado en torno a la plaza Carnot y la Ciudad Fortificada
Medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y conocida por los
lugareños como la Cité.
Llego a
Carcasona en tren, procedente de Toulouse, con intención de pasar una jornada
dominical, la estancia en la ciudad tolosana tiene un imprescindible, la excursión
a la ciudad de la Dama de Carcas.
Cerca de
dos kilómetros separan la estación del ferrocarril de la Cité, un camino de
media hora que nos servirá para conocer la Bastida. Lo primero que
encontraremos es el Canal del Midi, una obra del siglo XVII que comunica el mar
Mediterráneo con el río Garona y que tiene su continuación en el Canal del
Garona, para llegar al océano Atlántico en Burdeos.
La Iglesia
de San Vicente posee un campanario que se puede visitar, con el inconveniente de
que los domingos está cerrado y desde el que se tiene una vista panorámica de
la Bastida y del Castillo y sus murallas, en la Cité.
Las
gárgolas de la Catedral de San Miguel nos harán alzar la mirada, una acción que
repetiremos en el Puente Viejo, un puente peatonal medieval sobre el río Aude,
para admirar la Ciudad Fortificada Medieval.
Dos puertas
dan acceso a la Cité, la de Aude y la de Narbona, siendo esta última la entrada
principal y a la que yo llegué, después de cruzar el Puente Viejo y pasar por
el arrabal de Trivalle.
Al llegar a
la Puerta de Narbona nos da la bienvenida la Dama de Carcas y una vez cruzado
el puente levadizo llegamos a las lizas, el espacio entre las dos murallas.
Dejando atrás las dos torres contrafuertes entramos en la Ciudad Fortificada
Medieval por una pequeña calle muy animada, que nos conduce a la plaza del
Castillo.
Mi llegada
a la plaza del Castillo se produce, sobre las dos de la tarde, cuando en
Francia están en los postres y en España con el aperitivo. Mi propósito
gastronómico de Carcasona es el cassoulet, un plato de la región de Occitania
compuesto de alubias blancas cocinadas con cerdo y pato. Consigo mi objetivo en
La Taverne du Château, donde ofertan cassoulet en la carta y en menú. La
ventaja de tener un comensal que hable francés es que me pude enterar de que el
cassoulet de la carta es el mismo del menú, la diferencia está en la cantidad
que te sirven, así que me decido por un ración más pequeña, la que entra en el
menú, para tener una digestión más liguera, ya que todavía tengo que “tomar” el
Castillo.
La visita
al Castillo requiere pago de entrada, nueve euros tuve que pagar para acceder a
la que fuera morada de los Trencavel, vizcondes de Carcasona, hasta la cruzada
contra los cátaros, cristianos acusados de herejes por la Iglesia de Roma, a
principios de siglo XIII.
Una vez
recorrido el interior del castillo podemos concluir nuestra visita paseando por
sus murallas. De una parte, la muralla galorromana al norte y la muralla medieval
al oeste. El recorrido por esta última nos posibilita llegar a la Basílica de
San Nazario, una antigua catedral en la que convive el románico y el gótico y
que resurgió de la ruina, al igual que toda la ciudadela, en el siglo XIX, de
la mano de Viollet-le-Duc, arquitecto galo que por encargo del Estado francés
devuelve la silueta de finales del siglo XIII, con sus tejados puntiagudos de
pizarra, a la Ciudad Fortificada Medieval de Carcasona.
Cómo llegar: al pequeño aeropuerto de Carcasona no llegan vuelos procedentes de España (clicar aquí para ver destinos)
A cien kilómetros de la ciudad de la Dama de Carcas se encuentra el Aeropuerto de Toulouse-Blagnac, al que llegan vuelos desde Alicante, Barcelona y Madrid (clicar aquí para ver destinos)
Y el tren de la SNCF, con salida de la Estación Toulouse-Matabiau, a la que llega el autobús del aeropuerto, en una hora nos deja en Carcasona.
Fotografías y vídeo de J. Cintas:
1. Ciudad Fortificada Medieval.
2. Dama de Carcas.
3. Bastida de San Luis.
4. Canal del Midi.
5.
Iglesia de San Vicente /Catedral de San
Miguel.
6. La Cité desde el Puente Viejo.
7. Puerta de Narbona.
8. Las lizas.
9. Cassoulet.
10.
La Cité.
11.
El Castillo.
Comentarios
Publicar un comentario