POMPEYA. La ciudad sepultada por el Vesubio

En una fecha se paró el tiempo en la colonia romana Cornelia Veneria Pompeianorum, el 24 de agosto del 79 d.C. La nube piroclástica del Vesubio la cubrió hasta que, en 1748, por orden del rey de Nápoles, Carlos III de España, empezaron los trabajos arqueológicos. Hoy en día su área arqueológica abarca sesenta y seis hectáreas.

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La Circumvesuviana, un ferrocarril de vía estrecha, nos pone fácil llegar a las ruinas de Pompeya. La línea que discurre entre Nápoles y Sorrento tiene parada en Pompei Scavi-Villa dei Misteri, donde está la Puerta Marina, que da acceso a las ruinas de la ciudad sepultada por el Vesubio.

La línea a Sorrento parte de Napoli-Porta y tiene parada en los andenes de la Circumvesuviana, en Napoli-Centrale, la estación de la plaza Garilbaldi. Esperaremos el tren en el binario tres, tiene una frecuencia de treinta minutos, aunque su horario  publicitado es pura especulación, porque llegará cuando él quiera. No ofrece muchas comodidades y está muy solicitado, por lo que seguro que haremos de pie nuestro trayecto de cuarenta minutos.

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A la salida de la estación de Pompei Scavi-Villa dei Misterio, está la parada del autobús que nos lleva hasta lo alto del Vesubio. Subir al Vesubio es una propuesta interesante antes de la visita a Pompeya.

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Con “puntualidad napolitana” llegará el pequeño autobús, de la compañía EAV, a su parada de la estación. Después de una hora de trayecto, nos llevará hasta lo alto del Vesubio, un volcán integrado en el parque nacional homónimo. El final de trayecto es en la explanada de entrada a la subida al cráter, donde hay que sacar la entrada por importe de diez euros, que nos da derecho a visitar el cráter con un guía que nos explicará, en italiano o inglés, las particularidades del volcán. La entrada nos la venderán en el autobús, no siendo necesario bajar hasta el punto de venta. 

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Para visitar el cráter debemos caminar algo más de un kilómetro y medio en ascensión, las vistas, primero de Nápoles y después de su golfo compensarán nuestro esfuerzo. El cráter está a mil doscientos ochenta y un metros de altitud, tiene un diámetro de quinientos metros y una profundidad de doscientos metros. 

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Después de la erupción conocida como “de la piedra pómez de Pompeya”, en el 79 d.C., el Vesubio volvió a manifestarse con virulencia el 16 de diciembre de 1631 y tras diecisiete días y cuatro mil muertos, parece que paró por la mediación divina del santo napolitano, San Genaro. La última erupción fue en 1944, aunque en la zona hay constantes movimientos sísmicos y la guía comentó, que al año suelen notar de tres a cuatro

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Ya de vuelta a la estación de Pompei Scavi-Villa dei Misterio, nos llevará un minuto llegar a la Puerta Marina, para acceder al Parque Arqueológico de Pompeya, previo pago  de quince euros en taquilla.

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Para el estudio y orientación en Pompeya, en 1858 se dividió por barrios (regio) y manzanas (insulae), en total hay nueve barrios señalizados con números romanos.

La Puerta Marina le debe su nombre a la vía que la atraviesa y que llevaba a los pompeyanos al mar. Hoy, en sentido contrario, nos lleva hasta centro de la vida cotidiana de la ciudad, el Foro, situado en el regio VII y presidido por la estatua de un centauro.

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Desde el Foro parte la vía Dell’Abbondanza, una calle principal donde encontraremos casas de la aristocracia pompeyana, con su puerta principal, que conducía al atrio, un gran salón abierto en el techo, rodeado de las estancias de la casa.

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El choque térmico producido por el flujo piroclástico hizo que los cuerpos de las victimas quedarán en la posición que estaban en ese momento, sepultándolos la ceniza. Hoy podemos ver algunos recubiertos por yeso.

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Si queremos imaginar luchas de gladiadores debemos visitar el anfiteatro, situado en el regio II y si queremos familiarizarnos con deseos más lascivos, nuestra parada debe ser en el lupanar, situado en el regio VII e insulae XII.

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Las visitas al Vesubio y Pompeya son imprescindibles en nuestra estancia en Nápoles, para comprender que el hombre estuvo y está en manos de la madre naturaleza.


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Cómo llegar: al aeropuerto napolitano llegan vuelos de diferentes aeropuertos europeos, entre ellos, Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia. También tiene vuelo directo a Nueva York.





Fotografías y vídeo de J. Cintas:

1. Vesubio desde Nápoles.

2. Circumvesuviana.

3. Para bus para subir al Vesubio.

4. Cráter Vesubio.

5. Golfo de Nápoles.

6. Imagen de San Genaro.

7. Puerta Marina.

8. El Foro.

9. Via Dell’ Abbondanza.

10.Cuerpo recubierto de yeso.

11.Lupanar.

12.Pompeya.



























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