NÁPOLES. La ciudad de los tres castillos
En la región de Campania, junto al
mar Tirreno y a los pies de un volcán se sitúa Nápoles, la tercera ciudad
italiana en número de habitantes, que con sus tres castillos y un barrio, nos
recuerda su pasada vinculación con la corona española.
Solo dispongo de una tarde para
recorrer la ciudad, dos noches es toda mi estancia napolitana y necesito un día
para subir al cráter del Vesubio y visitar la ciudad antigua de Pompeya, así
que pongo mi experiencia jacobea en mi recorrido urbano, para inmortalizar con
mi cámara los tres castillos y el Quartieri Spagnoli, quizá un recorrido un
poco extenso para una tarde.
Mi llegada a la plaza Garibaldi coincide con el
mediodía. A esta plaza llega el autobús del aeropuerto, está la estación
central de ferrocarril, donde tiene parada la Circumvesuviana y es el inicio de
la línea uno del metropolitano napolitano, que recorre el centro de la ciudad.
Tomo dirección por Corso Umberto I,
y por la hora y cercanía decido hacer una “tontería”, de esas que hacemos los
viajeros, como comer en la pizzería más antigua de Nápoles. Da Michele está situada en Via Cesare
Sersale, a pocos metros de Corso Umberto I. No sé si en sus mesas comerán
napolitanos, pero la mayoría de personas que visitan la ciudad termina en ella.
Hago cuarenta minutos de cola para entrar a un local de 1870, donde solo sirven
las dos pizzas napolitanas, margherita
y marinara, il conto en Da Michele no sube mucho, siete euros por una pizza
mediana y una birra.
Después de mi parada pizzera, continúo
por la avenida decimonónica Corso Umberto I hasta llegar a la plaza Giovanni
Bovio, y tomo dirección a la plaza del Municipio por Via Depretis, para llegar
a mi primera parada, el Castel Nuovo.
El Castel Nuovo fue edificado en el siglo XIII y reconstruido en el
siglo XV, por la corona de Aragón, su arco en la puerta principal conmemora la
entrada en Nápoles de Alfonso V de Aragón.
Después de inmortalizar con mi
cámara el Castel Novo, me dirijo a mi segunda parada, el Castel dell’Ovo, pasando por la puerta del Teatro de
San Carlos, las Galerías Umberto I y la plaza del Plebiscito.
La plaza del Plebiscito es un espacio de veinticinco mil metros
cuadrados, presidida por la Basílica de San Francisco de Paula y donde Carlo di
Borbone, Carlos III de España y su hijo Fernando, tienen una estatua ecuestre,
en recuerdo a su reinado como reyes de
Nápoles.
Desde la plaza del Plebiscito tomo
dirección al paseo marítimo para visitar el Castel dell’Ovo, el castillo más antiguo de la ciudad, situado en
un islote al que podemos acceder caminado y de entrada gratuita. Desde sus
terrazas podremos ver el Vesubio y el barrio de Chiaia.
A esta altura del recorrido nuestro
podómetro contabilizará cerca de cuatro kilómetros y nos quedará por subir la
colina de Vomero, donde está situado el Castel Sant’Elmo, pero para llegar tenemos
la ayuda de un funicular.
Para llegar al funicular debemos
volver a la plaza del Plebiscito y tomar dirección a Via Toledo, llamada así en recuerdo del que fuera virrey de Nápoles
durante veinte años, el español Pedro de Toledo, en tiempos del nieto de los
Reyes Católicos, Carlos I, Emperador del Sacro Imperio Romano
Germánico, rey de España, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, duque de
Borgoña, soberano de los Países Bajos y archiduque de Austria.
Via Toledo comienza en la Iglesia
de San Fernando, a escasos metros de ella, después del acceso a las Galerías Umberto I, nos encontraremos con una pequeña plaza donde
se ubica el Teatro Agosteo, ahí debemos coger el funicular central, que después
de dos paradas nos deja en la plaza Fuga.
Ya en lo alto de la colina de
Vomero, estaremos en el barrio homónimo, el que encontré un poco más limpio que
el resto de la ciudad, porque lo visto anteriormente dejaba mucho que desear.
Para llegar al castillo seguiremos la señalización vertical, caminado unos
quince minutos.
El Castel Sant’Elmo se transformó en una fortaleza defensiva por orden
de Pedro de Toledo y hasta 1952 fue una prisión militar. Para subir a su plaza
de Armas tenemos un ascensor, desde las murallas que la rodean tendremos unas
vistas inmejorables de la ciudad a los pies del Vesubio. Distinguiremos Spaccanapoli,
la calle que atraviesa el centro histórico y lo divide con su trazado
rectilíneo y del golfo de Nápoles, con su península Sorrentina e isla Capri.
Ya de vuelta a Via Toledo, después
de inmortalizar los tres castillos con mi cámara, me dirijo a Quartieri Spagnoli. Tomando dirección a
plaza Dante, a la izquierda de Via Toledo, están situados los Barrios Españoles,
creados por Pedro de Toledo para albergar a tropas españolas. Hoy es un barrio
popular, con su ropa tendida en los balcones, donde sus pequeñas calles están
invadidas por las motos y es fácil encontrar un pequeño altar en ellas, en
devoción a algún santo o virgen.
Para terminar mi recorrido
napolitano me adentro en el centro histórico, declarado Patrimonio de la
Humanidad, por Spaccanapoli, una calle con numerosas iglesias, como la del Gesú
Nuovo y un bar, el Nilo, con un altar dedicado a Maradona, todo un ídolo para
la ciudad, con él consiguieron dos campeonatos de la liga de fútbol italiana.
En Via San Gregorio Armeno concluyo mi ruta contemplando las tiendas
dedicadas a la venta del pesebre napolitano, una tradición que llegó a España
desde aquí y tomando una sfogliatella,
un dulce típico de Nápoles, la ciudad en la que los pasos de cebra no son lo
que parecen, ¡cuidado al pasar por ellos!
Cómo
llegar: al aeropuerto napolitano llegan vuelos de diferentes
aeropuertos europeos, entre ellos, Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia.
También tiene vuelo directo a Nueva York.
Fotografías y vídeo de J. Cintas:
1.
Nápoles.
2.
Pizza Margherita.
3.
Castel Nuovo.
4.
Galerías Umberto I.
5.
Plaza del Plebiscito.
6.
Castell Dell’Ovo.
7.
Vesubio.
8.
Castel Sant’Elmo.
9.
Via Toledo.
10.Funicular.
11.Castel Sant’Elmo.
12.Spaccanapoli.
13.Quartieri Spagnoli.
14.Bar
Nilo.
15.Pesebres
/ Sfogliatella
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